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Laislaaisla

Cada periodo de Fernando Varela conserva igual pulcritud en la elaboración de los signos, sean similares o diferentes... igual preocupación determina la arquitectura del cuadro, generalmente orquestado por la simetría de estructuras y unidades, definiendo una relación de igualdad trascendental. Sin embargo, se perfila un cambio morfológico: figuras irregulares pueden ocupar hoy el centro de la composición. Nuevamente existe un vínculo entre el concepto y la imagen. El Caribe, intervenido en sus territorios, perturbado en su ritmo, confiere a cada isla un volumen, un espacio, un contorno propio, no necesariamente armónico. Un objeto se encapsula en otro, un cuadro se aloja dentro de otro, con una perfecta transparencia. La organización formal aumenta su complejidad, mientras la paleta preserva su austeridad, negando el estereotipo del abigarramiento cromático.

 

Las siluetas humanas se sienten menos preponderantes en "Laislaaisla", distanciadas, apartadas o fundidas en el conjunto de una densidad oscura, lo que domina como categoría es la Isla, la vida insular. Recordamos entonces la sentencia de Michel Foucaul: "El hombre es un invento cuya arqueología de nuestro pensamiento muestra la fecha reciente, y tal vez el fin próximo". Para el filósofo francés es un individuo empírico y transitorio, que cede el paso a una conciencia luminosa. Y esa conciencia luminosa irradia las islas de Fernando Varela, en tránsito hacia una próxima etapa metafísica y meta geográfica”.

 

Marianne de Tolentino

Directora de la Galería Nacional de Bellas Artes

 

2003.

Varelli, Arte Contemporáneo.

La Romana, República Dominicana.

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